Shyamalan y lo comercial
M. Night Shyamalan es uno de los cineastas más vilipendiados de la industria. Lejos quedaron aquellos halagos que le hacían tras el estreno de Sexto Sentido en 1999, que lo calificaban como uno de los cineastas más prometedores de la historia contemporánea.
Vilipendios injustos, puesto que Shyamalan se ha esforzado por ofrecer historias originales que juegan con el suspenso y el misterio, en un mundo lleno de adaptaciones. Al menos esa es la percepción que genera la mayoría de sus trabajos: Unbreakable, Señales, La Dama del Agua y The Happening.
Han pasado dos años desde la perturbadora y cruda The Happening; y la vocación de originalidad e independencia de Shyamalan, parece haber sucumbido a la rentabilidad de los blockbusters; dándole a sus detractores un motivo para terminar de hundirlo.
El motivo
Ese motivo es El Último Maestro del Aire, película basada en la serie animada “Avatar: The Last Airbender”, creada por Michael Dante DiMartino y Bryan Konietzko, que ubica al espectador en un mundo fantástico dominado, durante casi un siglo, por la Nación del Fuego, la cual ha doblegado a las otras naciones del Aire, el Agua y la Tierra.
Mientras los aldeanos intentan resistir en vano, la joven maestra del agua Katara se encuentran con un joven llamado Aang. Pero, al hacerse patentes los poderes de Aang como maestro del Aire, Katara y su hermano Sokka se dan cuenta de que han encontrado algo más que al último maestro del Aire.
Al ser el Airbender de las profecías (el único que puede controlar a los cuatro elementos), el joven maestro del Aire es la única arma que puede repeler el ataque de la Nación del Fuego y restaurar finalmente el equilibrio del mundo desgarrado por la guerra.
El Último Maestro del Aire es una cinta dirigida al público infantil, grandilocuente visualmente, llena de efectos especiales y un montaje que hunde la película en la incomprensión.
Como adaptación, parece no funcionar pues deja de lado elementos importantes de la serie animada transmitida por Nickelodeon y los personajes parecen haber perdido su esencia. Y más allá de esto, el largometraje escrito y dirigido por el realizador indio, avanza de forma desordenada, sin aburrir del todo, pero sí decepcionando.
El casting, dicen los especialistas, no levanta la cinta. Protagoniza Dev Patel, el chico que encabezó el elenco de la cinta de Danny Boyle ganadora de ocho Oscar, Slumdog Millionaire, como el villano Zuko, príncipe de la Nación del Fuego.
Los resultados negativos de la crítica y modestos de la recaudación de taquilla en los Estados Unidos de esta primera película, ponen en duda la segunda parte, de lo que fue concebido inicialmente como una trilogía.